valle jequetepeque mapa

Makowski Hanula, Krzysztof 1994 Los señores de Loma Negra. Ahora bien, aun cuando la casi totalidad de botellas intactas ha aparecido en SJM, parecería que la cerámica Mochica Tardío de línea fina se distribuyó desde allí hacia otros sitios, donde habría sido usada en rituales posiblemente asociados con los cultos de SJM. Asociado con estas capas, pisos y superficies de ocupación aparece una gran cantidad de material cultural, particularmente fragmentos de cerámica, que incluye elementos que fácilmente podemos reconocer y otros de formas y decoraciones que resultan francamente desconocidos. Posteriormente, en la temporada de campo del año 2000 se hizo una trinchera en un montículo anexo a la Huaca Alta, lográndose definir en las capas superiores una densa estratigrafía de capas domésticas de filiación Chimú, en las que predominaba basura orgánica y utensilios para la preparación de alimentos. Coincidiendo con el colapso Mochica en Jequetepeque (aproximadamente en el año 850 d.C.) se multiplican las evidencias de que SJM fue parte de una red de interacción e intercambio que cubría prácticamente todos los andes centrales, lo que ex-plica la alta frecuencia, en las tumbas y otros contextos ceremoniales, de artefactos provenientes de Cajamarca, Chachapoyas, Ayacucho y la Costa Central y Sur. En lo que respecta a la ocupación Mochica, el estudio de la distribución de sitios en la zona inter-media del valle de Jequetepeque permitió reconocer sitios asociados con los periodos Mochica Medio y Tardío, así como sitios o zonas donde los materiales de ambos periodos aparecen mezclados como consecuencia de una larga ocupación (Figura 25). Capa de Fiesta del Área 24. Lo que resulta peculiar de esta tumba es la complejidad de la secuencia de enterramiento de los siete ocupantes (Figura 44). En: , editado por C. Donnan y G. Cock, pp. Temporada 2004, . Universidad Nacional de Trujillo y Pontificia Universidad Católica del Perú-Fondo Editorial 2003, Lima. Este artículo resume 16 años de investigaciones, reflexionando sobre los métodos aplicados y los resultados obtenidos, así como sobre las hipótesis e interpretaciones formuladas, todo lo cual ha moldeado nuestro entendimiento de la peculiar naturaleza de SJM, del valle de Jequetepeque y, en última instancia, de la evolución de las sociedades complejas en la costa norte del Perú. Ruiz, Karim 2004 Prospecciones en el valle de Jequetepeque: evidencias de sitios Mochicas fortificados. Los entierros «informales» aparecen en las capas de relleno adyacentes a los pisos donde se preparaba y consumía la chicha. Primera Edición, Lima. Instituto Departamental de Cultura - La Libertad, Trujillo, Perú. Resulta imprescindible para entender el periodo Mochica Tardío definir si existieron correlaciones entre SJM y Pampa Grande. Tumba M-U 41, correspondiente a la Sacerdotisa de Moro excavada en 1991. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. par de edificios que bien pudieron ser templos (Swenson 2004). 1991 y 1992, encontramos una alta concentración de pisos de ocupación y estructuras dedicadas a diversos aspectos de los rituales celebrados en el sitio, así como entierros simples y de élite que corresponden a las diversas fases de ocupación. En términos generales, entonces, podemos decir que la tercera fase del proyecto se concentró en el perfeccionamiento de nuestro entendimiento de la historia ocupacional del sitio. En. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. 1996) y, en última instancia, la identidad del grupo (Fraresso, en prensa). En el segundo encontramos dos botellas negras de doble pico y puente decoradas con sapos modelados y un personaje con tocado de cuatro cuernos (estilo «Proto Lambayeque», Figura 51). Journal of World Prehistory, 16(2): 145-195. En: Programa Arqueológico San José de Moro, Informe de Excavaciones Temporada 2005. Hay que señalar que los cementerios prehispánicos estudiados en la costa norte del Perú han sido descritos mayoritariamente en lo que concierne a sus tumbas, conociéndose relativamente poco de lo que sucedía en su entorno (ver, por ejemplo, Alva 2004; Donnan y Mackey 1978; Castillo 2005). El proceso de reacomodo permitió a los usuarios seguir utilizando la estructura por un largo periodo de tiempo, aun cuando el reacomodo trajo como resultado la desarticulación de muchos de los cuerpos, la separación de las cabezas de los miembros o del torso y de los individuos de sus ofrendas. El estilo de línea fina se originó en la fase III de la cerámica Mochica del Sur y llegó a su máxima expresión en el estilo Mochica IV pictórico. Un conjunto de cuestiones puntuales, como la existencia y extensión de ciertos rasgos (tumbas de cámara y bota o la producción masiva de chicha), estilos cerámicos locales típicos (Mochica Tardío de línea fina, Mochica Tardío polícromo o Mochica Medio con pintura morada) o estilos importados (Wari, Cajamarca, Chachapoyas o Nievería), era de particular interés, ya que su existencia y distribución ayudaría a entender las dinámicas al interior del valle durante la larga ocupación del sitio. ¿Es lícito, entonces, afirmar que el mismo proceso de desestructuración cultural, los intensos contactos con sociedades de la sierras norte y central o el eclecticismo estilístico que siguen al colapso Mochica en SJM se pueden aplicar a zonas aledañas del Jequetepeque o a otros valles? A. Salas García. En el estudio de las prácticas funerarias definimos como objetivo el diferenciar con mayor precisión las dimensiones sociales de las temporales, es decir, las diferencias que se deberían al status de los individuos, las cuales habrían estado determinadas por el periodo al que correspondían las tumbas. Esta carencia de huesos pequeños nos hace suponer que cuando los restos humanos fueron retirados de sus entierros primarios, se extrajeron sólo los huesos más grandes, dejando los pequeños en el lugar. Facultad de Letras y Ciencias Humanas, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. Es posible, sin embargo, que en algunos casos no haya gran cosa por estudiar, ya que los cementerios podrían haber sido lugares más bien especializados, con poca o ninguna actividad ceremonial asociada a ellos, o que las actividades asociadas (procesiones, ofrendas de flores o vegetales, danzas o incluso sacrificios y libaciones) no dejaran huellas en el registro arqueológico. Center for the Advanced Study of the Visual Arts, Symposium Papers XL, National Gallery of Art, Washington D.C. En prensa Uptown and Downtown: Social, Political, and Economic Relations between the Temple and the Inhabitants of the Urban Nucleus in the Moche Huacas. 79: 93-146. La cantidad de ofrendas y su calidad relativa es mayor en las tumbas de cámara que en las tumbas de bota. Fowler Museum of Cultural History. WebMapa Conceptual de la historia de la microbiología ; Hueso Coxal - Resumen Tratado de anatomía humana; ... Factores y parámetros del ganado vacuno en el valle Jequetepeque; Informe Técnico DE Reparación CAT 3306; Ejercicios DE Bernoulli- Parte 2; Proyecto hidroelectrico; Manual de medición de caudal; Oficinas y a 259 km de la Parque Buena Vista Villa california. 21-45. o señores locales de los pueblos para proveerse de ella y «pagar» así sus deberes de reciprocidad y redistribución (Ramírez 2002). En el tercer nicho encontramos una maqueta de arcilla cruda y una concentración de platos de estilo Cajamarca (Figura 52). Fuera de «temporada», el sitio permanecía prácticamente desocupado, quizá sólo habitado o visitado por los oficiantes religiosos. Esta diferenciación era también visible en la cerámica más temprana, correspondiente a lo que ahora llamamos Mochica Medio y que entonces pensábamos que podía ser el equivalente del periodo Mochica III en la secuencia de Larco (1948). Para este fin fue necesario definir con mucho detalle el desarrollo de su cultura material para cada periodo de ocupación a partir de su manifestación en contextos funerarios y ceremoniales. No sólo queríamos saber qué hechos habían sucedido simultáneamente y qué contextos se habían producido a la vez, sino que queríamos determinar cuál había sido el orden correcto de los hechos. Finalmente, delante de uno de los nichos, en el relleno sobre el piso, apareció una concentración de tres vasos de estilo Wari Viñaque (Figura 53). Pero San José de Moro es, ante todo, un sitio que nos habla elocuentemente del fin de los Mochicas, de su largo proceso de languidecimiento y de su reconstitución durante el Transicional. … Decidimos trabajar exclusivamente en este sector porque presentaba la mayor extensión de terreno arqueológico no afectada por el huaqueo y porque allí se encontraba evidencia de todos los periodos de ocupación del sitio, desde el periodo Mochica Medio hasta el periodo Chimú (Castillo y Donnan 1994a). Lo que resulta peculiar de esta tumba es la complejidad de la secuencia de enterramiento de los siete ocupantes (Figura 44). ¿Es lícito, entonces, afirmar que el mismo proceso de desestructuración cultural, los intensos contactos con sociedades de la sierras norte y central o el eclecticismo estilístico que siguen al colapso Mochica en SJM se pueden aplicar a zonas aledañas del Jequetepeque o a otros valles? Posted on 24/02/2020 1 Comments 0. . Es probable que esta manifestación funeraria haya sido una adaptación local de costumbres funerarias serranas (Topic y Topic 1992; Isbell 1997). Estos restos, entre los que abundan los niños pequeños y las mujeres, parecen corresponder con individuos de las clases bajas de la sociedad Mochica. Esto nos sugiere que, además de su uso como parte de la parafernalia funeraria de las tumbas de élite, las botellas de línea fina fueron utilizadas en rituales asociados a la producción y al consumo de chicha y, al parecer, fueron, también, parte de la vida cotidiana de las élites. A partir del año 2000 se ampliaron las investigaciones a otros sitios arqueológicos en la región, principalmente aquellos que fueron contemporáneos con las ocupaciones registradas en San José de Moro y que tuvieron funciones análogas o complementarias. En: Tumbas de cámara Moche en la plataforma superior de la Huaca Cao Viejo, Complejo El Brujo, editado por R. Franco Jordán, C. Gálvez Mora, S. Vásquez Sánchez. Aun cuando está todavía en estudio, la presencia de esta estructura nos revelaría que la presencia Lambayeque pudo haber sido más intensa de lo que esperábamos. Dónde, pero sobretodo cuánto, excavar en el sitio siempre fue una decisión complicada que, más allá de las limitaciones económicas o de tiempo, estuvo condicionada por nuestra percepción de la forma y extensión que debían tener los fenómenos y de cómo debían organizarse espacialmente (Figura 14). Asimismo, es muy probable que cada uno de estos niveles no hubiera correspondido a un solo evento funerario, sino a una suerte de fase de deposición; caso contrario, deberíamos asumir que hubo periodos de gran mortandad en la comunidad Transicional. . Mapa de Julcán editado por R. Franco Jordán, C. Gálvez Mora, S. Vásquez Sánchez. Por un lado, en el periodo Mochica Medio se habrían gestado los primeros indicios y las direcciones de desarrollo que conducirían los procesos de formación de las peculiares condiciones del valle. Universidad de La Libertad - Trujillo, Instituto Fran. Sin embargo, a falta de un estudio regional, no sabíamos cuál había sido el ámbito de extensión de la ocupación Mochica en esta época, o cuál era el grado de proximidad e integración entre los diferentes centros. Vicús. Studies in Pre-Columbian Art and Archaeology, 21. Más parecería que estuvo compuesta por grandes espacios delimitados por murallas para uso administrativo, productivo, de almacenamiento y de residencia. El periodo Transicional es, por un lado, un lapso de tiempo que abarca los 150 años que transcurrieron entre el final de la hegemonía Mochica y el comienzo del estado Lambayeque en el valle de, Jequetepeque (Figura 4); por otro lado, es una tradición cultural distinguible que se caracteriza por el rechazo de los cánones Mochica y por la síntesis de tradiciones de la costa y sierra del norte. Segunda Parte, editado por P. Kaulicke, G. Urton e I. Farrington, pp. Tumba M-U 1242. Narváez, Alfredo 1994 La Mina: una tumba Moche I en el valle de Jequetepeque. Goldstein, Lynne 1981 One-dimensional archaeology and multidimensional people: spatial organization and mortuary analysis. Como dijimos más arriba (Castillo y Uceda, en prensa), la configuración política del estado Mochica de. En: Arqueología peruana, editado por R. Matos M., pp. Actas de la Primera Conferencia Internacional de Jóvenes Investigadores sobre la Cultura Mochica (Pontificia Universidad Católica del Perú, Dumbarton Oaks y Museo Larco; Lima, 4 y 5 de Agosto del 2004), editado por L. J. Castillo, J. Rucabado, H. Bernier y G. Lockard. En los últimos años hemos encontrado botellas de línea fina en contextos inusuales como, por ejemplo, una cámara subterránea que funcionó como depósito de vasijas de cerámica para hacer chicha (Castillo 2003) y dentro de paicas3 utilitarias (Bernuy 2005). Investigaciones en la Huaca de la Luna 1995. editado por S. Uceda, E. Mujica y R. Morales, pp. El montículo tiene una planta cuadrangular orientada al noreste en la que se superponen 13 capas ocupacionales asociadas al periodo Chimú. Como sucede con el estudio de otros aspectos de las prácticas funerarias, los patrones espaciales de organización requerían de una muestra suficientemente representativa. Los trabajos arqueológicos en San José de Moro han permitido ampliar la frontera de nuestro conocimiento sobre las sociedades de la costa norte de manera notable, particularmente porque muchos de los hallazgos y los procesos culturales de los que se derivan son originales. De entre las regiones más pobladas de la época se encuentran Chicama, Santa, Piura, Jequetepeque, Zaña y Nepeña. En Moche Art and Archaeology in Ancient Perú, editado por J. Pillsbury, pp. En: Programa Arqueológico San José de Moro. Se observa y compara la intensidad de la ocupación y las características arqueológicas de las superficies de uso de la primera capa Mochica Tardío (Capa 8) y la última capa del periodo Mochica Medio (Capa 10). Las modalidades funerarias propias de la fase Transicional A son muy diferentes a las tumbas de la fase Transicional B, seguramente porque se derivan de procesos culturales y sociales donde el peso de la entonces fenecida tradición Mochica y el reconocimiento o distanciamiento de ella parecen ser fundamentales. Generalmente, las tumbas de bota tienen un solo ocupante, aunque se han documentado casos donde múltiples adultos y/o niños han compartido una tumba de este tipo (Ubbelodhe-Doering 1983: 53-57). A fin de precisar la historia ocupacional de SJM hemos empleado tanto criterios de evolución formal como criterios estratigráficos. 2000 El templo mochica: rituales y ceremonias. Dentro de estas áreas estudiaremos los artefactos que se encuentren a fin de definir su asignación cronológica y las funciones de las unidades arquitectónicas. Colección de cerámica de estilo Mochica Tardío excavada en el sitio de Portachuelo de Charcape que incluye fragmentos de botellas de línea fina y cántaros cara gollete. Todo parece indicar que entre cada deposición transcurrió un lapso de tiempo prolongado, suficiente como para que los, únicos restos fueran huesos. Aun cuando podemos encontrar más de un cadáver dentro de las tumbas de cámara, estas parecen haber correspondido a un solo individuo, que fue colocado dentro de un ataúd de caña en el centro de la cámara funeraria y con la orientación del eje de la misma. A fin de precisar la historia ocupacional de SJM hemos empleado tanto criterios de evolución formal como criterios estratigráficos. Como veremos en la última sección, el énfasis a partir de este momento fue entender los aspectos más puntuales de las prácticas ceremoniales anexas a los entierros. La existencia de centros ceremoniales regionales y de grandes asentamientos, como cerro Chepén, permitiría presumir que sí hubo integración y centralización, quizá no de manera permanente, pero sí por periodos suficientemente largos como para que se construyeran las murallas y residencias del sitio, o lo suficientemente frecuente, como para que se diera una concentración tan densa de ocupaciones en San José de Moro. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. Ahora bien, extender automáticamente a todo el Jequetepeque o a toda la costa norte nuestras conclusiones respecto a la historia ocupacional de SJM no era posible, aun cuando es práctica común en la arqueología peruana. Los individuos enterrados en estas tumbas estaban en posición extendida dorsal en el mismo eje de la tumba, envueltos en telas o esteras y, en algunos casos, dentro de ataúdes de caña muy semejantes a los documentados en Pacatnamú (Ubbelohde-Doering 1983: 55-57; Donnan 1995: 131-132; Figura 12). 1975 The thematic approach to Moche iconography. En este sitio no encontramos ollas de cuello plataforma, que son la forma más frecuente en sitios Mochica Tardíos. No sólo queríamos saber qué hechos habían sucedido simultáneamente y qué contextos se habían producido a la vez, sino, que queríamos determinar cuál había sido el orden correcto de los hechos. En él abunda evidencia de su importancia como centro ceremonial regional al que acudían personas de todo el valle de Jequetepeque para celebrar rituales muy elaborados, particularmente entierros de miembros de la élite y rituales de culto a los ancestros (Castillo 2000a, 2004). Como hemos visto, la escala de la producción atestigua la naturaleza multitudinaria de los ritos. Otros motivos, como el Tema de las Olas Antropomorfas (McClelland 1990), se desarrollaron independientemente en SJM, por lo que presumimos que corresponden a narraciones mitológicas o actividades rituales propias de Jequetepeque. Banco de Crédito del Perú, Lima. A estas alturas del trabajo, y después de dos temporadas de excavaciones y mapeos conducidas por Ilana Johnson, parecería que los componentes cerámicos son totalmente diferentes en ambos sitios. Lambayeque. Nuestra estrategia de excavación fue definir unidades de excavación, inicialmente de cinco por cinco metros, que luego se ampliaron a unidades de diez por diez metros de área, en diferentes puntos del terreno a fin de definir el contenido, la estratigrafía y la secuencia ocupacional (Figura 3). CALIFICAR. 364-367. En: The Northern Dynasties: Kingship and Statecraft in Chimor. 238-243. Tesis de Maestria. Asimismo, no se ha encontrado cerámica de estilos Wari o relacionados ni de filiación Cajamarca, mientras que cerámica de estilos y formas relacionadas con Gallinazo aparecen con frecuencia. Figura 60. Llegar a comprender los patrones culturales, las modalidades y formas que corresponden a cada periodo de ocupación en un sitio tan complejo no es cuestión únicamente de un buen diseño de investigación. Goldsmith, S. Garvie, D. Selin y J. Smith, pp. sobre las bocas, para reforzarlas y poder seguir usándolas, ya no para calentar líquidos sino, seguramente, como depósitos. Creemos que todavía no hemos visto lo mejor que San José de Moro tiene para darnos y que la arqueología de la costa norte del Perú, incluso considerando la espectacularidad de los hallazgos de los últimos veinte años, tie-ne aún secretos por develar. Además de las observaciones de carácter horizontal, es decir, de las correlaciones entre los diferentes componentes y, por lo tanto, de su contemporaneidad e interacción, nos interesaba establecer de manera precisa las relaciones verticales, es decir, de estratificación y superposición. Como se dijo antes, la presencia de la tradición Lambayeque en SJM no se expresa en monumentos o edificios y es un tanto difícil definir si alguno de los pisos excavados correspondería con la llegada de esta tradición. El personaje mítico femenino en la iconografía Moche. Las excavaciones en el asentamiento formativo de Montegrande Valle de Jequetepeque en el Norte del Perú. Este muro definiría un espacio cuadrangular al interior del cual se ubicó la mayoría de las tumbas que describiremos a continuación (Figura 40). Otros fueron colocados en posición semiflexionada lateral. En estos contextos hemos encontrado maquetas de arcilla cruda, grandes piezas metálicas como máscaras, tocados, cuchillos y copas; restos humanos, tanto completos como parciales; millares de crisoles, conchas de Spondylus sp., puntas de obsidiana, collares y brazaletes hechos de cuentas de piedras semi preciosas, piruros y otros implementos de textilería, restos óseos de perros y llamas, completos o parciales (Castillo 2005; Donnan y Castillo 1992, 1994). ¿Habían estado todos los sitios Mochica Medio integrados en una sola entidad política centralizada, o habrían coexistido numerosas formaciones independientes que, sin embargo, habrían compartido un estilo de cerámica? Figura 6. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. Actas de la Primera Conferencia Internacional de Jóvenes Investigadores sobre la Cultura Mochica (Pontificia Universidad Católica del Perú, Dumbarton Oaks y Museo Larco; Lima, 4 y 5 de Agosto del 2004), editado por L. J. Castillo, H. Bernier, J. Rucabado y G. Lockard, Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. En otras palabras, la fragmentación territorial y el faccionalismo político podrían bien haber sido la norma y no la excepción en las sociedades Mochica Tardío. Varios. 18-29. WebInformación. Monumenta Americana, 7. 114-164. Museo del Banco Central de Reserva del Perú, Lima. Society for American Archaeology y The Institute of Andean Research, Menasha. En: , editado por K. Makowski, pp. Berlín, Verlag Gebr, Mann. Mapa topografico de Huancaspata El interior se subdividía en tres sectores en los cuales se dispuso una variada gama de vasijas de cerámica de diferentes tamaños y formas (ollas, cuencos, cántaros y botellas). Los núcleos, las concentraciones y los alineamientos de tumbas debían corresponder a estos poblados y territorios. Las tumbas de la fase Transicional A, quizá por su proximidad temporal con el periodo Mochica Tardío, contienen más objetos verdaderamente de tránsito, es decir, que combinan rasgos claramente Mochicas con características propias de la cerámica de los periodos que se desarrollaron subsecuentemente. Todo esto nos permitiría pasar de una «historia ocupacional» para San José de Moro. La presente resolución tiene por objeto facilitar la Formalización del Uso del Agua, a las Organizaciones de Usuarios de Agua. Universidad está ubicado en Guadalupe, Pacasmayo, La Libertad, Perú. Figura 46. Figura 5. 83-141. . Its Evolution and Its Artists. En: The Northern Dynasties: Kingship and Statecraft in Chimor, editado por M. Moseley y A. Cordy-Collins, pp. Moche: Hacia el Final del Milenio. Terminada la excavación de la tumba se introducía al individuo con sus ofrendas. Lima. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. Mapa de Chugay Lima. Concentraciones de este tipo son muy frecuentes en la capa estratigráfica que separa la ocupación Mochica Tardío de la Transicional, lo que nos ha llevado a pensar que fueron abandonadas aproximadamente por la misma época. WebLos derivados lácteos de las asociaciones productoras César Vallejo CIPEN y Perla del Paraíso, así como los productos elaborados por la asociación CEPROVAJE tuvieron gran acogida en la primera Expo La Libertad 2018. Así mismo, para quien hubiera tratado de erradicarlos del lugar, destruir los símbolos de su legitimidad habría sido igualmente coherente. Algunas tumbas de fosa, simples en su contenido y disposición, también corresponden a la fase Transicional A, aun cuando resulta difícil diferenciarlas de las que corresponden a la siguiente fase. La cámara M-U 1045 tiene una planta rectangular, con banquetas laterales y un acceso abierto en la pared norte, así como cuatro columnas que sostenían un techo compuesto por vigas y viguetas (Figura 46). En este contexto resultaba novedosa la cerámica por la variedad y la diversidad de los estilos que presenta, pero sobre todo por la ausencia de las características más evidentes de la iconografía y el arte Mochica (Figura 19). Con este criterio y luego de este largo proceso, hacemos ahora la «lectura tecnológica» de los artefactos metálicos (Fraresso, en prensa) y la cerámica (Rohfritsch 2006) a fin de determinar las «cadenas productivas» que permitieron su fabricación. El Presidente de la JUSHMJ-CA, Julio Manuel Rodríguez Chavarry, en forma conjunta con los Presidentes de las Comisiones de Usuarios del Valle Jequetepeque, … En: Moche Art and Archaeology in Ancient Peru, editado por J. Pillsbury, pp. En la tercera fase del Proyecto Arqueológico San José de Moro nos concentramos en la excavación de grandes áreas en la parte central del sitio, zona que denominamos la «Cancha de Fútbol» (Figura 3). Un estudio cuidadoso de estos artefactos revela que en su conjunto ellos pudieron tener una función ritual asociada a actividades de curandería o chamanismo. En: , editado por M. Moseley y A. Cordy-Collins, pp. También en la esquina suroeste de la tumba de la Sacerdotisa (M-U 41), se halló una botella con la representación del Tema de la Mujer en la Balsa y la famosa copa de la Sacerdotisa de Moro (Donnan y McClelland 1999: Figura 5.21). La comparación de los materiales asociados a ambos ha permitido definir que son contemporáneos. Figura 61. WebCemento Inkavalle Jequetepeque en Pacasmayo. El hecho que una bebida aparentemente de consumo. expansión del sistema de irrigaciones y no fueron, como se había supuesto, una consecuencia tardía de la ampliación (Swenson 2004). Desde 1998 el proyecto ha sido dirigido por Luis Jaime Castillo, en colaboración con los coautores del presente trabajo. Durante el periodo Chimú SJM habría sido uno de los lugares en los que se producía chicha en cantidades suficientemente grandes como asegurar un suministro confiable. Pontificia Universidad Católica del Perú. . Aun cuando podemos encontrar más de un cadáver dentro de las tumbas de cámara, estas parecen haber correspondido a un solo individuo, que fue colocado dentro de un ataúd de caña en el centro de la cámara funeraria y con la orientación del eje de la misma. En un caso, por ejemplo, las excavaciones han abarcado todo un montículo de 30 por 25 metros (Unidad 35) y en otro, un recinto funerario de aproximadamente 40 por 30 metros. En el primer caso el proceso se genera de manera exógena, mientras que en el segundo es el resultado de un proceso interno. Figura 55. Su superficie se eleva aproximadamente siete metros sobre los terrenos de cultivo que la circundan y, sobre ella, se encuentran numerosos montículos de diferente configuración que fueron producidos por actividades domésticas, durante las ocupaciones Chimú y Lambayeque, y ceremoniales, durante las ocupaciones Mochica y Transicional (Figuras 3 y 4). En: Congreso Peruano de Geología, 13, Lima, Perú, … En la capa superior aparecieron tumbas pequeñas de cámara, de forma cuadrada muy semejantes unas a las otras. La segunda conclusión se derivó de la anterior y de la presencia notable de la cerámica importada en SJM. El río Jequetepeque es un río de la vertiente del Pacífico del Perú. En: Pro-grama Arqueológico San José de Moro, Informe de Excavaciones Temporada 2006. Se han estudiado, por ejemplo, los patrones de ocupación a través de prospecciones intensivas prácticamente en todos los valles de la costa norte; se ha triplicado el número de contextos funerarios registrados arqueológicamente; se han documentado mi, les de metros cuadrados de estructuras y espacios habitacionales; y se han expuesto más pinturas murales y relieves polícromos que todos los que existían antes del inicio de este desarrollo. Una serie de materiales muy diagnósticos, como se dijo más arriba, caracteriza a esta ocupación, además de que en ambos extremos del periodo, es decir, en las capas estratigráficas que separan el periodo Mochica Tardío del Mochica Medio y del Transicional, encontramos cambios en la composición del relleno. En primer lugar, parecía que la tradición cerámica era radicalmente distinta, pues no sólo no aparecían en SJM ceramios de formas y decoraciones como los que caracterizaban a los sitios Mochica V (Bawden 2001; Lockard 2005; Shimada 1994), sino que apareció cerámica de formas y decoraciones que no existían en absoluto en otros sitios investigados. WebCURRICULA 2018 INGENIERÍA INDUSTRIAL C I C LO CÓD I GO E X P ER I ENC I A CURRICULAR T I P O (G., ES. Si este fue el caso, la presencia tan frecuente de este tipo de materiales podría significar que la disminución en la intensidad de uso del sitio por los Mochica Tardío fue súbita y terminante y que las personas que enterraron las ollas en la «capa de fiesta» nunca pudieron regresar al sitio. En: Investigaciones en la Huaca de la Luna 1995. , editado por S. Uceda, E. Mujica, y R. Morales, pp. La presente Ley regula el uso y gestión de los recursos hídricos. Universidad Nacional de Trujillo y Pontificia Universidad Católica del Perú-Fondo Editorial 2003, Lima. 2004 Ideología, Ritual y Poder en la Consolidación, Colapso y Reconstitución del Estado Mochica del Jequetepeque, El Proyecto San José de Moro (1991-2004). Las semejanzas se deben a que el estilo de línea fina Mochica Tardío, propio de Jequetepeque, se habría originado en una expansión de los estilos Mochica IV y V del sur (Castillo 2001: 317-318, 2003: 89-103) y, por lo tanto, no tendría sus raíces en la escueta y poco decorada cerámica Mochica Medio del norte, característica de sitios como Sipán, SJM y Pacatnamú (Alva 2004; Castillo y Donnan 1994b; Ubbelohe-Doering 1983), donde la iconografía compleja en cerámica es inexistente. Oficinas y a 259 km de la Parque Buena Vista Villa california.El lago más cercano, Laguna El Cañoncillo, e encuentra a 16 km. La antecámara contiene la mayoría de ofrendas cerámicas e individuos sacrificados, mientras que en la cámara se halló el ataúd principal enchapado con placas de cobre pero que sin embargo estaba vacío. Informe presentado al Instituto Nacional de Cultura, editado por L. J. Castillo, pp. Este hallazgo, sumado a un numero semejante de tumbas del mismo periodo encontradas dispersa en diversos sectores de excavación, permitió ahondar en el entendimiento de los patrones funerarios durante el período Mochica Medio; de esta forma se determinó la posible existencia de concentraciones que corresponderían a diferentes grupos, quizás originarios de diferentes comunidades del valle de Jequetepeque o de otras regiones. Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 15 de noviembre de 1996 a 15 de enero de 1997, Lima. Una segunda peculiaridad es que los sitios donde aparece la cerámica Mochica, tanto del periodo Medio como del Tardío, están amurallados, lo que señalaría que este fue un tiempo de competencia y conflicto interno. Mapa de Pacanga Pero San José de Moro es, ante todo, un sitio que nos habla elocuentemente del fin de los Mochicas, de su largo proceso de languidecimiento y de su reconstitución durante el Transicional. Studies in the History of Art 63. La chicha, en el contexto de las interacciones establecidas por el estado Chimú, debió funcionar no sólo como medio de pago ritual, o como elemento de activación ceremonial, sino como agente de integración social, fundamental para establecer las alianzas estratégicas a partir de relaciones de parentesco (Castillo 2001, 2003). WebÚltimas noticias sobre valle jequetepeque. 1999; Williams 2006), o con banquetas asociadas a arquitectura doméstica, por ejemplo en Galindo (Bawden 2001). Para explicar este inusual fenómeno pareciera necesario preguntarnos acerca la construcción de las relaciones entre los individuos y los territorios, en las formas de generar la estructuración del mundo, en su apropiación y en la legitimación de derechos de propiedad a partir de ritos de ancestralidad. 54-94. Mapa topografico de Carabamba 53-70. El panorama que se está construyendo a partir de estos estudios y su correlación con SJM es el de una historia regional mucho más fragmentaria, menos centralizada e integrada de lo que habíamos presumido. Holmquist, Ulla 1992 El personaje mítico femenino en la iconografía Moche. Además de la descomposición del bosque, que fue formando un suelo vegetal en la colina, tres parecen haber sido los agentes externos que depositaron sedimentos y materiales en SJM: el acarreo eólico (el polvo transportado por el viento y «atrapado» por los bosques), el acarreo fluvial (materiales transportados por las infrecuentes, pero en ocasiones significativas, lluvias) y la actividad humana (materiales transportados para la construcción de estructuras arquitectónicas y muros, para el relleno y nivelación de pisos, y basura producida por actividad humana). La gran mayoría de los individuos, sin distinciones de sexo o edad, fue colocada en posición extendida y orientada en el eje noreste-suroeste (con la cabeza hacia el suroeste). WebAtractivos del Valle Jequetepeque. Residencia de élite Lambayeque excavada en la Unidad 35 de SJM. Paradójicamente, en vez de estas formas apareció por primera vez en contexto una importante cantidad de cerámica polícroma, tanto del estilo Mochica Polícromo y copias hechas en SJM de formas foráneas (Castillo 2000b) como de cerámica importada de la costa central y sierra sur, de estilos Wari Conchopata, Chaquipampa y Viñaque, Atarco, Nievería, Pachacamac y cerámica Cajamarca en varios estilos y formas (Figura 4). Ubicarlas para alterarlas no debe haber sido una tarea difícil entonces, puesto que por su carácter semisubterráneo deben haber sido bastante conspicuas. El interior se subdividía en tres sectores en los cuales se dispuso una variada gama de vasijas de cerámica de diferentes tamaños y formas (ollas, cuencos, cántaros y botellas). Por su ubicación temporal, su forma, contenido y organización, esta cámara funeraria es una suerte de eslabón entre las tumbas de cámara Mochicas Tardías y las tumbas de cámara Transicionales. Mapa de Chepén En el periodo Transicional, si bien constatamos algunas continuidades, lo que aparece de forma más evidente es un deliberado distanciamiento y distinción del pasado Mochica. Studies in the History of Art 63, Center for the Advanced Study of the Visual Arts, Symposium Papers XL, National Gallery of Art, Washington, D.C. Willey, Gordon 1946 The Chiclín Conference for Peruvian Archaeology, 1946. En realidad, para esta fase nuestra comprensión del Periodo Mochica Tardío, sobre todo en lo que respecta a las prácticas funerarias, ya estaba llegando a un nivel de saturación. Estatus social, género y etnicidad en la historia peruana. Figura 30. San Pedro, Pacasmayo, Jequetepeque, Guadalupe y Chepén son mencionados en censos y visitas coloniales, así como por los primeros exploradores y viajeros. Aunque el estilo Mochica Tardío de línea fina se confunde con frecuencia con el estilo pictórico de la cerámica Mochica V de la secuencia de Larco (1948, 2001), no es en absoluto igual, ni se generó bajo las mismas condiciones (Figura 6). Beck, München. Reconstitución del tocado asociado al individuo de la tumba M-U 725. Fowler Museum of Cultural History, University of California, Los Angeles. Web¿Dónde se encuentra U.N.T. Las características de los estilos cerámicos que aparecieron en las tumbas de SJM nos permitieron distinguir diferencias con respecto a otros sitios Mochicas investigados y dejaron entrever la peculiar naturaleza del sitio y del proceso de desarrollo cultural del valle de Jequetepeque. Desde 1998 el proyecto ha sido dirigido por Luis Jaime Castillo, en colaboración con los coautores del presente trabajo. Esta consiste en un pozo vertical de entrada, una cámara lateral y, entre estos dos, un sello de adobes (Figura 10). National Geographical Society, Washington, D.C. 2006 A Moche Cemetery at Mazanca, Jequetepeque Valley, Peru. En prensa Lambayeque en San José de Moro: Los Patrones Funerarios y Los Patrones Ocupacionales. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima. La distribución original de la cerámica es difícil de determinar puesto que el proceso de reubicación trajo como consecuencia el apilamiento de vasijas de cerámica sobre las banquetas laterales. , pp. En el otro extremo de la historia ocupacional del sitio, en el Periodo Mochica Medio, las excavaciones se concentraron en áreas de densas concentraciones de tumbas. Moche Art and Archaeology in Ancient Perú. La diferenciación del periodo Transicional en dos fases se ha confirmado estratigráficamente en una serie de zonas del sitio. Muchas de las preguntas y objetivos que Christopher Donnan y Luis Jaime Castillo se plantearon hace 16 años, al iniciarse el Proyecto Arqueológico San José de Moro (PASJM), como, por ejemplo, el contexto de la cerámica de línea fina o las modalidades funerarias de bota y cámara en el Periodo Mochica Tardío, se absolvieron y resolvieron a medida que progresó la investigación (Castillo y Donnan 1994a) o fueron abordados y desarrollados cabalmente por otros proyectos, por ejemplo, a través de los trabajos de Swenson (2004) y Rosas (2005).

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